La mejor manera de conocer a un fotógrafo es ver su trabajo, es algo que muchas parejas pueden ver antes siquiera de empezar a pensar en una boda. En este caso os presento a Paloma y Antonio, ella fue una de las ganadoras de una sesión de fotos en pareja en Granada en un sorteo que realicé en mi cuenta de instagram (podeis seguirme para estar atentos a próximos sorteos).
Desde el primer momento comenzamos a hablar de la sesión de fotos y tras un café con su pareja pasamos una tarde viendo los sitios que conocían y donde deseaban las fotos. La idea era hacer una sesión de pareja distinta, en el campo, con varios cambios de ropa y poder sacar algún que otro caballo ya que son grandes amantes de estos animales.
Tras aplazar la primera sesión por temas de climatología (se pasó toda la semana lloviendo y seguro que era un barrizal) decidimos realizar la sesión de pareja a principios de Mayo, con un resultado genial.
Sobre las 18:00 me encontraba en el punto de encuentro y Paloma apareció en un todoterreno vestida de gitana, me subí al coche y me llevó donde se encontra su pareja acicalando a los caballos que íbamos a usar.
Para la primera parte quería que se relajaran y pasear por algunos de los campos que habíamos visto semanas anteriores, y que se diesen cuenta de que lo único que me importaba es que fuesen ellos mismos, que estuviesen cómodos y se quitaran esa imagen de fotógrafo gruñón o mandón que muchas veces tenemos.
He de decir que comenzaron un poquito nerviosos pero enseguida se dieron cuenta de que para nada era como se lo habían imaginado y llegaron a pasarlo bastante bien.
Y entre risas se fueron perdiendo los nervios haciendo que para mi fuese muy fácil sacar lo mejor de esta pareja, su complicidad y el amor que se tienen.
Llegó el momento de volver al lugar donde estaban los caballos y coger el primero de ellos, de un color negro precioso, disfrutamos en un campo cercano paseando y aprovecharon para cambiar su ropa por algo más adecuado para la ocasión.
Mientras tanto el sol comenzaba a bajar y tras bastantes fotos con este bello animal, preparamos de nuevo a otro caballo para que con alguna ropa más cómoda realizaramos fotos en otro campo cercano. Este caballo era blanco y lo conocían mejor.
Como broche final a una sesión de fotos donde todos nos divertimos mucho, realizamos el último cambio de ropa y nos dirigimos a unos restos de una casa abandonada mientras que observábamos un atardecer de película. Con el fondo de Montevive y la calma del campo al atardecer realizamos las últimas fotografías jugando con luces.
Sin duda alguna una sesión de pareja distinta, donde los protagonistas fueron ellos y las cosas que les gustan. Si deseais conocerme y planear o saber los precios de una sesión similar no dudéis en escribirme o llamarme y estaré encantado de atenderos.